30/03/2012
Pintura del sosiego la de Greta Chicheri, se puede disfrutar como un baño en el mar o como la música. Sin pedir nada, dejándose penetrar por su poesía visual y su misterio. Descubriendo un mundo diáfano, donde sólo hay casas, tierra seca, un cielo azul atlántico y, a veces, el mar o algunos objetos que lo merodean, bañadores, tablas de surf. Formas comunes con las que la artista crea una poética enigmática que concilia la realidad y la metafísica.
Y lo hace a su manera, con autenticidad y rigor explora su sensibilidad y el lenguaje de la pintura. Añade un fulgor melancólico al paisaje canario, un género pictórico que en el siglo pasado los indigenistas modernizan, Miró Mainou enaltece y Greta Chicheri usa para crear una poética de la quietud, de paisajes de la memoria y de una isla.
Carlos Díaz-Bertrana